Usted NO debe ser presidente

A usted, aspirante a la Presidencia de la República Dominicana:

 

Si coloca sus intereses personales por encima de los del pueblo dominicano, ¡Usted NO debe ser presidente! El presidente debe ser abnegado y servicial.

Si es capaz de elaborar metáforas para zaherir públicamente a quien le diera su mano amiga, ¡NO debe ser presidente! El presidente debe ser agradecido con el pueblo y con los líderes.

Si tiene la cachaza de permanecer en silencio frente a asuntos perentorios de la sociedad, ¡Usted NO debe ser presidente! El presidente ha de ser claro y comunicativo.

Si sus planes son populacheros y poco efectivos, ¡NO debe ser presidente! El presidente debe ser metódico y competente.

Si haber estado en el sector empresarial le hace pensar que puede administrar el gobierno a su antojo, ¡NO debe ser Presidente! El presidente debe ser cauto con los recursos del Estado.

Si exhibe logros ajenos para tratar de engañar a la gente, ¡NO debe ser presidente! El presidente debe ser honesto y transparente.

Si asume posturas disfrazadas de nacionalismo para granjearse popularidad, ¡NO debe ser presidente! El presidente debe ser patriota por convicción.

Si usted es capaz de llevar la discordia al seno de su propia organización política, ¡NO debe ser presidente! El presidente deber estar apegado a lo institucionalmente correcto.

Si permite que humillen o desacrediten moralmente a un compañero por entenderlo  una posible amenaza a su posición, ¡Usted NO debe ser presidente! El presidente debe ser franco y solidario.

Si en su persona no se evidencian valores y principios democráticos, ¡Usted NO debe ser presidente! El presidente debe ser de  consenso y de diálogo.

Si su objetivo es avasallar y pasarle por encima a lo que se le interponga en el camino, ¡Usted NO debe ser presidente! El presidente debe ser pacífico y conciliador.

Si sus acciones no se corresponden con su discurso, es decir, no es reconocido como una persona de palabra, ¡Usted NO debe ser Presidente! El presidente debe ser coherente y honesto.

Si muestra ambiciones desmedidas de poder y no un interés genuino de servir a la gente, ¡NO debe ser Presidente! El presidente debe ser desprendido y generoso.

Si tiene una actitud dictatorial, tiránica y despótica, ¡Usted NO debe ser Presidente! El presidente debe ser un demócrata a carta cabal.

Si no tiene respeto por la constitución y por los derechos de los ciudadanos, ¡Usted NO debe ser Presidente! El presidente debe ser una persona con absoluto respeto a la Carta Magna.

Si tiene un discurso imperativo e irreverente sobre la separación de los poderes del Estado, ¡Usted NO debe ser Presidente! El presidente debe ser ecuánime e imparcial.

Si es egocéntrico, megalómano y mesiánico para erigirse como el único e insustituible y perpetuarse en el poder, ¡Usted NO debe ser presidente! El presidente debe ser humilde y apegado a los designios del Dios Todopoderoso.

En fin, de cara al futuro inmediato, reflexione urgentemente sobre cuáles de estas características usted posee, porque todas las antes mencionadas, buenas y malas,  han sido bien observadas por el pueblo dominicano.

El extinto profesor Juan Bosch dijo: “el pueblo dominicano es un pueblo tan sabio que conoce al cojo sentado y al ciego durmiendo”.

Finalmente, la historia siempre está al acecho para juzgar a los hombres.

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